La OMS (Organización
Mundial de la Salud) define la toxicomanía como
un "estado de dependencia física y/o psíquica
resultante de la interacción entre un organismo
vivo y un medicamento, caracterizada por una
pulsión a tomar el medicamento de una forma
continua o periódica"
La toxicomanía representa, pues, un estado de
enajenación, una privación de libertad, ya que
el toxicómano depende completamente de su droga.
Para algunos, la drogodependencia constituye una
estrategia de adaptación que permite a una
persona anestesiar, recurriendo a las drogas,
sentimientos de impotencia, de fracaso, de
incompetencia; es decir, un estado depresivo que
alimenta un estado de desesperación, un mal
vivir afianzado, a veces, en lo más profundo de
su ser desde la más tierna infancia.
Para otros, la drogodependencia se inscribe en
una forma de vida hedonista, egocéntrica e
insociable, adoptada antes de iniciarse a las
drogas, siendo la búsqueda del placer el
fundamento o el objetivo de la vida, al precio
del mínimo de esfuerzo.
Se manifiesta de tres maneras diferentes :
La dependencia :
El toxicómano es incapaz de prescindir de un
producto o de una sustancia.
La tolerancia :
El organismo del toxicómano se adapta a los
efectos de la droga hasta tal punto que debe
aumentar la dosis para obtener efectos de
amplitud constante.
La costumbre :
El resultado del consumo reiterado de drogas
provoca un deseo de prolongar su uso.